Ubaldo Gil Flores
Con este título, en febrero del 2002,
publicamos en El Mercurio de Manta las líneas que siguen, y lo hicimos indignados porque
ese golpe de estado fue transmitido por CNN al puro estilo de Hollywood en el
que desde luego el malo de la película era Chávez; sin embargo, en esta década
Venezuela y otros países de la América Nuestra viven y construyen otra
historia. Recordamos y rendimos tributo a la memoria de un líder cuya muerte
debe iluminar un proyecto político, económico, cultural y educativo de toda un
región, para que con una nueva geopolítica y un mundo multipolar, haya armonía
y equilibrio en este mundo y no en otro.
Transcribimos este artículo por la coherencia y posición ideológia que es el único bien que hemos tenido en nuestra trayectoria académica y creativa, cuando era casi un delito apoyar a Chávez, porque los principios no se transigen, se los mantiene en combate de por vida.
Transcribimos este artículo por la coherencia y posición ideológia que es el único bien que hemos tenido en nuestra trayectoria académica y creativa, cuando era casi un delito apoyar a Chávez, porque los principios no se transigen, se los mantiene en combate de por vida.
"No solo fue o es un aventurero militar
metido a la política, o un populista de última hora que en base a la demagogia
y el clientelismo del momento ha llegado al poder y no sabe qué quiere para su
país y los países hermanos. Luego de la primera intentona golpista, preso
y absuelto por un nuevo gobierno democrático se propuso llegar al poder en base
a unas estrategias de trabajo de hormiga.
Su condición de exmilitar le permitió crear
grupos de apoyo consecuentes con sus principios en todos los Departamentos de
Venezuela. Su personalidad emotiva, carismática, su clara visión de ser
un contrapoder firme y abierto en un mundo unipolar, y sobre todo su
comprensión de las necesidades de los sectores populares, de sus angustias y
hambres, le hicieron llegar y comunicarse con la mayoría de su pueblo.
Así es si somos objetivos, en nuestros países,
por tradición, educación y el engranaje de los estados, un discurso para llegar
al poder no puede ser solo académico o de cientificidad pura. Chávez -y
esta es una virtud reconocida internacionalmente por especialistas- es un gran
comunicador.
Lo eran Abdalá Bucaram y en menor grado Jamil
Mahuad, dos expresidentes echados del poder en Ecuador. El primero bajo
un evidente golpe de estado porque no se respetó la constitucionalidad al no
trasladarse el mando a la vicepresidenta de entonces, Rosalía Arteaga. El
segundo con un derrocamiento político, porque de gobernantes -aparte de
apadrinar a banqueros asaltantes- confundió la presidencia de la República con
la Casa de las Muñecas y se puso a practicar las armonías energéticas y otras
lindezas.
Lo ocurrido los últimos días, con el golpe cívico
militar dado contra Chávez en la República Bolivariana de Venezuela, es
un ejemplo dramático de la fragilidad de nuestras democracias, de sus
laberintos que tienen sus raíces desde la conquista española, que pasaron por
la colonia y se enquistaron en la fundación de nuestras repúblicas.
Pero a diferencia de otros golpes de estado
motivados por sectores empresariales lagartos, de militares apátridas y desde
luego la siempre Mano Oscura o Poder Demoniaco, esta vez el comandante Chávez
fue devuelto a su presidencia ganada legítimamente en las urnas gracias a su
pueblo y a los militares patriotas que respetaron la democracia y sobre todo
valoraron con sus vidas a un gobernante que no ha hecho otra cosa que el bien
para su país aunque con el exceso que toda injusticia mundial produce:
Tratar de acabar con una clase política refractaria y corrupta, repartir la
tierra para quienes la necesitan, exigir mayores prebendas para el pueblo
en la producción de hidrocarburos y un precio justo en el mercado internacional
del petróleo, y fundamentalmente tener la valentía de denunciar que es tan
nefasto el terrorismo de los fanáticos como el terrorismo de estado que crea
más pobreza y desolación en el mundo, y puso como ejemplo el caso de Afganistán,
donde han muerto niños y civiles inocentes.
Pero además, Hugo Chávez, como seguidor de los
grandes idearios de Simón Bolívar -uno de los mayores símbolos de unificación y
libertad de justicia y económica para nuestros países-, abiertamente aboga por
la necesidad de continuar el ideario bolivariano como única alternativa de
liberar a nuestros pueblos del yugo impuesto por Estados Unidos, el Fondo
Monetario Internacional y sus políticas económicas que a
cambio de la renegociación de una Deuda Externa pide mayor IVA, mayores
impuestos para el pueblo, mayores facilidades para que puedan las
multinacionales explotar nuestras tierras y gentes. Y la sensatez,
popularidad y liderazgo de Chávez han sido tan rotundos que ha reconocido los
errores personales y los que hay al interior de nuestros países, tampoco ha
negado la libertad de mercado y si ha combatido al comunismo como modelo socio
político, en cambio ha planteado un modelo mixto en base a la
globalización actual pero siempre en defensa de los países pobres a quienes se
les pide que cumplan justamente lo que la potencia no cumple.
Que esta experiencia en la que ha ganado la
democracia de América Latina sea un testimonio de la voluntad soberana y de que
el poder ganado en las urnas, mucho más si está al servicio de un ideario de
integración y sobrevivencia de los países ricos pero empobrecidos por lagartos
de afuera y de adentro, sea un compromiso de quienes creemos que no hay mal que
dure quinientos años y una América Latina que lo soporten."
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