martes, 28 de mayo de 2013

Universidad al desnudo

Educación Superior

 Ubaldo Gil Flores

  Las transformaciones que está viviendo Ecuador, especialmente en la educación, ahora que la aldea global vive la Era del Conocimiento, van en serio y en estos próximos cuatro años se radicalizarán, de modo que nada debe caer por sorpresa. Cierto es que han cerrados universidades y extensiones, unas están condicionadas y otras en proceso de evaluación y acreditación. El Gobierno ha trazado sus normas y reglas, en base a la Constitución y la Ley Orgánica de Educación Superior, así que guste o no los centros de educación saben sobre qué cancha jugar.

 La Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí que está en el nivel C, que le cerraron las extensiones o cursos de Pedernales y Tosagua, que funciona con sus extensiones del Carmen, Bahía y Chone seriamente cuestionadas, tiene serios desafíos en la administración de sus recursos que pasan de treinta millones de dólares, y los retos académicos son inmediatos, nada de esto se puede solucionar si no hay voluntad política y académica y se resuelven primero políticas institucionales que son las causantes  de irregularidades que  se vienen repitiendo desde hace años y que hoy se han agudizado con el riesgo de atomizar a la institución, y con ello ser el espacio para quienes quieran pescar a río revuelto y sueñan tomarse a la universidad y volverla una central política.

  Ahora son las facultades de Medicina y Comunicación que están cuestionadas por irregularidades, la primera por chantajes sexuales y cobros para pase de año, la segunda por pedir donaciones y cobros para que se gradúen estudiantes de cursos de profesionalización, además del Centro de Idiomas que ha sido denunciado por estar cobrando por el certificado de suficiencia en inglés, requisito básico para que se gradúe todo estudiante de la ULEAM, lo cual resultaría un horrendo negocio para quienes medran detrás de él; pero hace poco la facultad de Odontología fue intervenida, y fueron cuestionadas por prácticas de seminarios para que se gradúen la facultad de Administración y la Escuela de Parvularia. Además que contradictoriamente a unas se les exige tesis y a otras no.

 Todo esto evidencia que la mediocridad o como mínimo las trabas que ponen al sistema educativo ciertas autoridades y profesores son un negociado hecho con premeditación y alevosía. Profesionales que salen con esas condiciones les será normal que mañana le cobren factura a quienes les vendan bienes o servicios. Están saliendo titulados sin formación completa en lo profesional y en las prácticas éticas, aunque este no es el común denominador. Pero lo peor de esto es la impunidad y que salgan sacrificados justamente los que han denunciado. Cada vez que se nombran comisiones para resolver tal o cual problema con seguridad no pasa nada y aumenta la sensación de impunidad e impotencia y esto es caldo de cultivo para que la corrupción aumente. El señor rector y los señores decanos, cuyos sueldos promedios es de cuatro y cinco mil dólares, tienen la palabra en el próximo Consejo Universitario, y esta vez tienen la oportunidad de acordarse que hay hechos que si no nos afectan por acción, nos afectan a corto plazo por omisión. Lo realmente trágico es que no solo cierren ciertas escuelas, carreras o facultades, si no que desaparezca nuestra universidad ante un gobierno que demuestra que ante lo inevitable hay que actuar con justicia y rigor.



Lo inesperado, la incertidumbre del conocimiento

Educación Superior

Ubaldo Gil Flores
                                         
 “Lo inesperado nos sorprende porque nos hemos instalado con gran seguridad en nuestras teorías, en nuestras ideas y, estas no tienen ninguna estructura para acoger lo nuevo. Lo nuevo brota sin cesar; nunca podemos predecir cómo se presentará, pero debemos contar con su llegada, es decir con lo inesperado.” (Siete saberes necesarios para la educación del futuro.)

 Si somos realmente universitarios estas frases las tomamos como sentencias y como axiomas irrefutables, ahí es donde la precisión matemática impide que todo lirismo subjetivo o discurso de ocasión engañe. No basta ser un buen profesional, incluso un buen ser humano con altos valores éticos y familiares, hay que ser sobre todo universitarios, entender lo que es la Academia, en su naturaleza intemporal, que en abstracción discierne y está más allá del bien y del mal, pero que para efectos prácticos piensa y resuelve los temas de la realidad y se anticipa y crea fortalezas para los problemas del futuro, incluso crea la cultura de la improvisación en el buen sentido para lo inesperado.

  La Universidad Laica EloyAlfaro de Manabí, a nivel académico, tiene enormes fortalezas en las facultades humanísticas y de ciencias exactas de las Ingenierías, Mecánica Naval, Ciencias del Mar, Comercio Exterior, Contabilidad y  Auditoría, Arquitectura, Trabajo Social, Economías, Cultura Física, Ciencias Agropecuarias, Gestión, Desarrollo y Secretariado Ejecutivo, incluso las facultades que ahora viven problemas internos como Medicina y Comunicación han dado buenos y excelentes profesionales a la comunidad que están contribuyendo al desarrollo social dentro y fuera del país. La Facultad de Idiomas  -no el Centro de Idiomas que es el que ha sido denunciado por la venta de certificados de suficiencia de inglés- acaba de ser aprobada su malla curricular por el Senescyt.

 Es la parte académica la que tiene deficiencias por razones más complejas desde la fundación misma de la ULEAM y en las encrucijadas actuales, una vez que hemos pasado por la evaluación administrativa y de gestión, el tema de las mallas curriculares, la evaluación de los egresados y los docentes, eso sí será realmente conflictivo, más allá de que nuestra universidad sí tiene un número aproximado de mágisters, lo candente está en que no hemos tenido un Plan Estratégico en lo académico (y si los hubo no se los aplicó) bien definido, por eso las cosas se las hace todavía con remiendos, pero además hay hechos que ya no se pueden remediar y dolorosamente tienen que ver con el recurso humano. En estos días hay un especialista cubano capacitando para rehacer las mallas curriculares y ajustar los perfiles de contenidos y profesionales a los cambios jurídicos académicos y al Plan de Desarrollo Nacional, pero apenas un promedio de 10 carreras de las más de 40 que hay muestran voluntad y  capacidad para empezar.

 Cómo hacerlo si los docentes, salvo contadas carreras y profesores, apenas nos reunimos para compartir contenidos y objetivos, apenas trabajamos por áreas de contenidos, en esto ni siquiera llegamos a ser colegio grande. Si no se trabaja en equipo y por contenidos, los perjudicados finales son los mejores alumnos y los mejores profesores porque se convierten en problema para el sistema rutinario y de mediocridad.

  Ahora bien, cómo es que llegamos a esta situación. Cuando empieza la ULEAM, para su creación, requería tener doctores de pregrado y al apuro se graduaron los primeros de la institución, sin el tiempo y la rigurosidad del caso, sumado a que en las carreras de Ciencias Humanas se iba contratando a profesores de escuelas y colegios que trasladaron sus modelos, lo que no pasó con otras facultades , donde en cambio eran excelentes profesionales pero no docentes capacitados para un mundo de pensamiento universitario. Los primeros era difícil que mejoraran si seguían laborando en escuelas, los segundos sin duda que mejoraron, y ahora ante los cambios radicales de la Educación Superior son los que estarían mejor preparados para asumir los retos.

 Los mejores profesionales, de Ecuador o el extranjero, iban desertando por los sueldos y vocación, pero también porque ya en la segunda década los niveles académicos estaban atrasados y se hacía poco por remediarlos. Sumado a que también la imagen institucional se fortalecía con el teatro y la cultura, agregados a la ingente cantidad de eventos de todo tipo y hoy tenemos claro que con eso no era suficiente, que estábamos maquillando la dura realidad de los contenidos y carreras profesionales. Qué no decir de las extensiones que se fueron abriendo sin ningún fundamento académico y que disgregaron recursos económicos y energías.

  En términos generales las universidades ecuatorianas destinaron un promedio del 60 % para fines administrativos y poco o nada para publicación e investigación, aunque el 6 % debía destinarse para estos fines, y mucho menos para proyectos académicos de largo alcance. Tanto que hasta ahora el Vicerrectorado Académico no maneja presupuesto ni tiene autonomía financiera, hasta  para  realizar eventos tiene que ir a rogar que paguen determinados gastos en la Dirección Financiera. No es lo mismo manejar una tienda de corbiches y empanadas que administrar treinta millones de dólares y mucho más tener criterios financieros universitarios donde la inversión por lo intangible es una constante. A más investigación y libros más presupuesto.

 En la nuestra el manejo administrativo tuvo sus altibajos pero hoy es imposible mantenerlo en su modelo y me explico el porqué. En la ULEAM un director departamental gana un promedio de 3.000 dólares, un decano, un promedio de 5.000 dólares y un profesor de tiempo completo está en los 1 200 de promedio, y hay profesores por contrato que ganan hasta 500 dólares, y de yapa se les paga a con meses de retraso. Lo mismo ocurre con cierto personal de administración que gana 500 y 600 dólares cuando el promedio en otras universidades es de 1.200.

 Ante esta realidad la institución saca bajo puntaje en estos indicadores. Es decir, los auténticos docentes de tiempo completo y el alma misma de un centro de Educación Superior han recibido bajo sueldo durante años por “ahorro” de la institución, se les ha congelado su sueldo y de remate reciben la ingrata noticia que todo su sacrificio y vocación ni siquiera son valorados por los técnicos del gobierno.

 Sin embargo hay docentes de educación que bordean los USD 3.000 y más, todo gracias a que tuvieron los contactos para ascender en el escalafón de profesores. Ya en el 2005 denuncié en diario El Mercurio que apenas se habían inscrito 35 estudiantes en Ciencias de la Educación donde había más de 60 profesores a tiempo completo y algunos con nombramiento en otros centros escolares o universitarios. Y en el 2001 había hecho lo mismo ante  el Consejo Universitario pidiendo que se solucionara el tema del escalafón porque algunos ascendían sin cumplir los reglamentos y los que lo merecían, no. En ambas casos, vaya sorpresa,  pidieron destituirme de la institución.  Pero los duros cambios y transformaciones institucionales nos hacen ahora luchar por salvar ya no un puesto de trabajo en la ULEAM si no nuestra misma razón de ser, para quienes toda la vida seremos universitarios, es decir hombres universales.



jueves, 9 de mayo de 2013

Los errores intelectuales: Cultura y edición universitaria

Educación Superior 
                                      
Ubaldo Gil Flores 
 Estábamos en la Feria de Libros de Bogotá el viernes 18 de abril, yo asistí con una delegación de escritores, académicos y funcionarios del gobierno a realizar la presentación de varios libros de la Editorial Mar Abierto y a dar una charla sobre las editoriales públicas y privadas en Ecuador, cuando le tocaba el turno a la presentación del libro “La tinta, el papel y el odio mataron al viejo luchador”, una publicación del Ministerio Coordinador del Patrimonio, con la edición e investigación histórica de Patricio Velarde Segovia. El libro recopila todo lo que se escribió contra Eloy Alfaro, antes y aún después de la Hoguera Bárbara, recoge los epítetos y calificativos brutales encabezados por el Comercio de la época. Traidor, criminal, bestia, dictador, monstruo, delincuente, eran los calificativos mínimos porque los peores fueron ya físicos y mortales contra su vida y contra toda norma de convivencia civilizada. 
 
Esta fue la invitación diseñada por el equipo de Mar Abierto, en torno a la FILBO 2013.
 Orlando Pérez, Director de El Telégrafo y uno de los más fervientes y por momentos afiebrado defensor de la Revolución Ciudadana, estaba como el delegado oficial para la presentación de este documento, en su intervención inicial hizo  un recuento del trágico episodio de Alfaro y su Revolución Liberal, de Alfaro y su relación con la prensa, de Alfaro y su proyecto histórico liberal, Alfaro como una especie de socialista anticipado, Alfaro y Nuestra América, a decir de José Martí. Y fue entrando, así sin darnos cuenta, a establecer líneas de comparación entre el proyecto político, social, económico, educativo, cultural, de Alfaro y de Rafael Correa. Los pocos asistentes escuchábamos como cuando uno se acostumbra al sonido de la lluvia, los muchos asistentes de la Embajada de Ecuador en Colombia aplaudían diplomáticamente hasta que habló Carlos León, sociólogo e historiador liberal colombiano y puso las cosas en su sitio. 

 “No es posible una comparación, no es procedente. El libro forma parte de la acción política del gobierno de Correa, pero en los tiempos de Alfaro el analfabetismo era mayoritario en Ecuador y hoy la realidad es distinta”. Qué pena, dijo pero no podía hacer eco de las palabras de Orlando, y mucho más con un libro al que calificó como una tripa, sin cuerpo de análisis e interpretación a la luz de otras instancias y evolución histórica. Señaló la grandeza de Alfaro no solo para Ecuador sino también para la América Hispana y rememoró el caso del general Andrade – un síntoma que los seguidores pueden hacer equivocar al líder- que fusiló a unos periodistas en nombre del alfarismo, lo cual a la larga le significó una sangrienta factura para la vida de Alfaro y el proceso liberal. 

 Cuando se abrió el foro, Orlando siguió machacando sus creencias y su fe política, anunciando que el lunes siguiente sacaría toda la información relativa al dominio de la CIA y el Departamento de Estado en temas internos, bombita Rodríguez, el exdictador ecuatoriano, pedía permiso a los EE.UU. incluso para sus atenciones médicas familiares. Pero no dijo que los mismos grupos de poder económico y político de “la larga noche neoliberal” en este gobierno han ganado más y siguen campantes como si la partidocracia no hubiera pasado. Yo, en un afán de salvar o explicar un proceso de cambios y mejoras en el que todavía creo, le expliqué al señor Carlos León cuál era la realidad diaria de Ecuador y de la implacable arremetida de los medios que no le dan tregua al gobierno, todos los días manipulan, tergiversan, confunden, agreden, en definitiva, desinforman. 

 Su respuesta fue lapidaria: No se puede combatir a los medios con sus mismas armas, porque a la larga se deslegitima todo progreso y desarrollo. Para eso en una democracia están los medios alternativos, los medios públicos que no sean voceros del gobierno de turno, para eso está la Universidad, que aclare, argumente y limpie los conceptos y alumbre la realidad día por día. Una vez terminada la presentación del libro, camino al stand donde se exhibían los libros de Ecuador, le dije a Orlando Pérez lo penoso que era ver entre nuestros representantes libros como Pinocho, El diario de Ana Frank, La Ilíada, lo cual no es nada nuevo en las ferias internacionales. Raúl Vallejo nuestro embajador en Colombia se calmó cuando le pusieron su libro en un sitio visible. No así Raúl Serrano y Alicia Ortega, quienes estaban pasmados cuando volví a preguntar por enésima vez a los encargados el porqué no podía poner los libros de la Editorial Mar Abierto, la respuesta fue: Porque son libros que no se pueden vender ni regalar, lo mismo ocurría con los libros del Ministerio, el que habíamos presentado y la Muerte del Cóndor, otro libro promocionado y reeditado del emblemático y clásico autor colombiano Vargas Vila. 

 Ya en Ecuador,  Orlando Pérez, por medio de una crónica que sacó en El Telégrafo hacía reclamos al Ministerio de Cultura por lo ocurrido y respecto al libro  “La tinta, el papel y el odio mataron al viejo luchador”  señaló que había generado una “interesante discusión”. Obviamente destacó la presencia y el trabajo de nuestra Editorial Mar Abierto pero sin entrar en mayores detalles y destacó, eso sí, que el afamado escritor colombiano William Ospina había tenido fans como si se tratara de una artista de rock y que Raúl Vallejo había tenido bastante asistencia en la presentación de su libro, bien por nuestro embajador, hay que dar gracias a Dios que ya no tenemos momias cocteleras. 

 La Revolución Ciudadana insiste en que sin revolución cultural no hay evolución posible. Pero hay que ver qué entienden por cultura, hay que ver si no caen en lo mismo  que criticaron antes, durante y ahora, hay que ver si no han reducido el trabajo cultural al nivel del espectáculo o la pura exhibición como ocurre en las ferias internacionales de libros. Que el Presidente de la República confunda una velada artística con un evento cultural se puede entender ya que él es economista y le gusta cantar, más allá de los discursos de orden y las apabullantes teorías que manejan a nivel oficial hay cosas prácticas y sensatas que cualquier gestor cultural y mucho más si es creador de arte las sabe. Y esto es que si tomamos a la cultura en su nivel simbólico de excelencia en el gusto por las bellas artes, gestación, promoción y reinvención, una feria  - y escribo de lo que conozco con un proceso que me lleva varias décadas- no es una mera presentación o la oportunidad de lucirse tal o cual funcionario. O que el Presidente aparezca como Presidente y como economista pero no como escritor.  Una feria de este tipo es para mostrar ante la comunidad mundial cuál es el catálogo que tienen las editoriales públicas y privadas de un país, cuáles son los nuevos escritores, poetas, académicos, y cómo se los puede introducir en otros mercados en alianzas con otras editoriales y en traducciones. Para eso sirven las ferias y para eso existen las editoriales en el mundo moderno, y mucho más las editoriales universitarias como la nuestra, Mar Abierto, que con enorme esfuerzo se ha posicionado a nivel nacional. Así como han sido ejemplos de creación, talento, administración, el Festival Internacional de Teatro de Manta, dirigido por el grupo de Teatro La Trinchera, y el Festival Internacional de Cuentos Populares dirigido por Raymundo Zambrano así como de otras actividades artísticas y culturales que realiza el Departamento de Cultura de la ULEAM. 

  Antes que evaluar indicadores aislados deben evaluar procesos. En nuestra universidad estamos adelantados en algunos procesos y hemos aportado al desarrollo del país, fomentamos la cultura del teatro y de algún modo del cine en Manabí y el país, articulamos el encuentro de narradores orales para no perder la memoria de nuestros pueblos como patrimonio intangible nacional y mundial, y ahora con la Editorial Mar Abierto creamos la cultura del Derecho de Autor, del financiamiento para los escritores y académicos, incluso de la cultura del editor universitario y las editoriales universitarias de Ecuador, lo cual lo hicimos formando la Red de Editoriales Universitarias y Politécnicas del Ecuador (REUPDE). Hay testimonio de todo esto, sin embargo, los señores de evaluación y acreditación se las ingenian para evaluar solo lo que les interesa, y para el caso de las publicaciones piden que tengamos desde el 2010 el informe de los lectores pares, es decir, lectores calificados por estudios de posgrado en una determinada rama, lo cual hemos cumplido pero obviamente sin que nuestros lectores pares hayan surgido de la academia, si no del grupo social ecuatoriano porque nos hemos dejado llevar por el impacto que tiene o tendrá un libro en nuestros lectores antes que otro académico para evitar encerrarnos en la Torre de Marfil que tanto daño hizo o le puede hacer a la universidad ecuatoriana. Pero esto es lógico y obvio, no se pueden poner como indicadores de evaluación que tengamos juicios críticos o de pares con posgrado o doctores PhD en teatro, filosofía, poesía,  medicina, comunicación, historia, folklore, literatura, educación, comercio exterior, porque nos los había o hay, entonces si se mantiene este criterio, sin dudas, saldrán favorecidos los centros donde trabajan los amigos con posgrado de quienes están evaluando. A propósito de esto, en un país donde no había editoriales universitarias hoy se las está formando a la medida de las exigencias de los funcionarios del Consejo de Educación Superior.  Nosotros en nuestro recorrido tenemos 20 libros que fueron reconocidos por la Real Academia de la Lengua Española, para el proyecto Corpus para el español del siglo XXI.   

En nuestro catálogo tenemos  más de un centenar de autores con sus libros de distintas áreas del conocimiento, esto sin sumar la revista libro cyberalfaro, texto académico de investigación y de creación que ya es una tradición en Manabí y en la academia ecuatoriana, y la serie del Vicerrectorado Académico de la ULEAM, todos han generado lecturas y comentarios, antes y después de publicados, pero sobre todo le hemos hecho un seguimiento a cada autor y libro, considerando que  una obra literaria o texto académico cumple su rol en la medida que tengamos conciencia de las respuestas de los lectores  y esto solo es posible si obedecemos las leyes del mercado. 

  “Nuestro sistema de ideas (teorías, doctrinas, ideologías) no solo está sujeto al error sino que también protege los errores e ilusiones que están inscritos en él. Forma parte de la lógica organizadora de cualquier sistema de ideas el hecho de resistir a la información que conviene o que no se puede integrar. Las teorías resisten a la agresión de las teorías enemigas o de los argumentos adversos. Aunque las teorías científicas sean las únicas en aceptar la posibilidad de ser refutadas, tienden a manifestar esta resistencia. En cuanto a las doctrinas, que son teorías encerradas en sí mismas y absolutamente convencidas de su verdad, estas son invulnerables a cualquier crítica que denuncie sus errores”, sentenció Edgar Morin mucho antes que los sofismas de la Constitución del 2008 de Ecuador contemplara el sumak kawsay o el buen vivir, concepto andino respetable pero que en lo profundo no integra en su visión la mirada distendida, libre y liberadora, profundamente distinta en su dinámica de arte, cultura y academia, del hombre de la costa, del cholo y del montubio, este último admitido como la mayoría étnica de los ecuatorianos. El gobierno nos quiere imponer a rajatabla criterios sin respetar ni reconocer las tradiciones y los logros de cada institución y liderazgo, esto a corto plazo ya está causando daños a las instituciones educativas y a nivel político tendrá respuestas que la misma Constitución lo determina cuando señala el derecho a la resistencia, siempre dentro del ámbito académico.  

 Alberto Merani, en su afamado libro “La educación en Latinoamérica: Mito y realidad”, señala "En Latinoamérica la educación es tributaria del mito. En la historia del pensamiento el mito aparece como una expresión cómoda que concreta los momentos más difíciles de las ideas, de las realidades más inefables, de la manera que al decir de Paul Valéry, mito es el nombre de todo lo que existe y solamente subsiste teniendo la palabra por causa. El estado de conciencia mítica es un estado de monólogo, y en él nada se demuestra puesto que nada se discute, sin que exista siquiera la presencia de una opinión contraria o simplemente diferente." 
LIBROS. Esta fue la muestra de libros que presentó Editorial Mar Abierto en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2013.

Manta, 7 de mayo del 2013 
    

jueves, 2 de mayo de 2013

Evaluación y Acreditación Universitarias: las cegueras del conocimiento


Educación Superior
     
Ubaldo Gil Flores
  La escena tenía lugar en la  sabatina del 27 de abril cuando se trató el tema del cierre de 44 extensiones de universidades ecuatorianas, Guillaume Long, Presidente del Consejo de Evaluación, Acreditación y  Asesoramiento de la Calidad de la Educación Superior  (CEAACES), informaba -y puso énfasis y escarnio al dibujar el escenario- que había unas extensiones con gallineros, mientras que el Presidente le escuchaba y lo aprobaba en su gestión, siempre con su risa sarcástica que produce tristeza y dolor, que tiene funcionalidad como parte del discurso del poder cuando el denostado es un político, los medios de comunicación, es decir sus enemigos reales o inventados, pero no cuando se trata de las universidades, no cuando se trata de transformar a instituciones que son atemporales como la Iglesia o la Academia, ya que estas por la supervivencia de la sociedad en su conjunto están más allá de cualquier gobierno de turno y pueden y deben responder a políticas de Estado más que de gobiernos.

Para que haya políticas de Estado tiene que haber un mínimo de diálogos y de respeto, si las tomas de decisiones son piramidales y decididas a mostrar (no a demostrar con argumentos sólidos) solo las falencias, entonces el resentimiento y la revancha, incluso el bloqueo al interior de las universidades será el pan de cada día. Toda sociedad progresa y se desarrolla cuando  hay armonía y los grupos humanos se suben a los grandes propósitos nacionales.
 Para obtener las calificaciones y cerrar las 44 extensiones se aplicaron 30 indicadores en tres grupos de análisis: academia, infraestructura y gestión y política institucional. En el primero se estudiaron ítems como posgrado, dedicación de tiempo de los profesores, carrera docente y remuneraciones.

En la infraestructura se revisaron: biblioteca, tecnología, accesibilidad, aulas y espacios para los profesores. Y, en la última: transparencia, vinculación con la colectividad, investigación y pertinencia.
  Muchos debemos recordar, hace más o menos treinta años, cuando la Universidad Laica  Eloy Alfaro de Manabí era una extensión de la Vicente Rocafuerte, funcionaba en el  hoy Colegio Técnico Manta o en una escuela adláter, donde había gallinas y no faltaba el guardia con su chancho. No había gran infraestructura ni todas esas sutilezas y tecnicismos que en el mundo de la academia van asomando para explicar las cosas, solo había un enorme propósito de hacer universidad. Y ahí tuvimos la oportunidad que creó Medardo Mora para educarnos y autoeducarnos en una línea liberal que hoy la entendemos y comprendemos mejor. A diferencia de las universidades europeas e incluso a diferencia de otras del país, en la nuestra entramos estudiantes de los estratos populares y gracias a nuestra universidad estos cuadros hoy dirigen  a la ciudad y en muchos casos aportan a la región y al país.

 Pero no solo eso, también había gallinas, chanchos y excusados en muchas de nuestras casas, en ese ambiente de estudio aprendí a leer un libro cada dos días y muchos desde luego los he venido a comprender 20 ó 30 años después, con lo cual quiero decir que el conocimiento, así como los valores y las habilidades como parte substancial de todo interaprendizaje, es una evolución constante, no es cuestión de una evaluación taimada, sí taimada, porque los tecnócratas apuntan a evaluar solo lo que está mal, lo que ha estado bien o muy bien no entra en los criterios de evaluación. No evalúan el trabajo cultural, de teatro, de editorial universitaria, vinculación con la colectividad, posgrados, reconocidos nacional e internacionalmente en el caso de nuestra universidad.

 Hay que recordarles que los criterios de evaluación que están utilizando fueron empleados en la “larga noche neoliberal” para desbaratar al estado y entregárselo a la empresa privada, usar los mismos métodos y técnicas para propósitos distintos tendrá a mediano y largo plazo consecuencias impredecibles.  Todo buen profesor sabe que una evaluación no es para “hacer caer” al alumno, es para demostrarle lo que sabe y todavía lo que puede aprender; todo buen profesor sabe que nadie es tan malo como alumno como para que le pongamos un cero (0) y eso  es lo que sacó el campus de Pedernales en el indicador de Gestión y Política Institucional, ponerle cero es reducir a cenizas no solo una gestión en la que también llevan culpa las máximas autoridades y este gobierno, es ofender a una persona o personas, es olvidar que hay una realidad  social inevitable en su momento. Tanto así que el campus de Pedernales en relación a los inicios de la universidad de Manta resulta de lujo y ahora recibe un soberbio cero por su gestión y política institucional.

A lo que voy es que no hay una evaluación que considere los contenidos, los valores y las habilidades que se han construido y que se proyectan, en el cuerpo docente y en la gestión académica, porque en la academia los procesos demoran años y a veces podemos cortar y destruir determinados propósitos que todavía no estaban claros para el investigador o el departamento. Aquí no se trata de que alguien tenga un doctorado Ph, y  pida lo que no ha hecho, es decir, dar clases en colegios y pregrado, haber realizado trabajo de campo, haber hecho publicaciones de impacto no solo en la academia, también en la sociedad.

 Recién ahora el 29 de abril se acaba de aprobar la  "Nueva fórmula de distribución de recursos públicos a favor de las instituciones de educación superior del Ecuador" y que, vaya sorpresa, este año se aplica apenas el 20% y desde el 2016 se implementará el otro 80%. Los cambios que me interesan son rápidos y los que no, los dejo para después.

Preguntan y ponen énfasis si tenemos doctores Ph, revistas indexadas, excelente infraestructura, pero no preguntan si el presupuesto recibido es el mismo en cada universidad. Nuestra universidad o la de Guayaquil reciben un promedio de 1  dólar por alumno al año, mientras que hay otras que reciben 10 o más por año. Tampoco estamos negando que mucho de ese reducido presupuesto se  malgastaba en administración y jamás se privilegió en la mayoría de las universidades la investigación y el trabajo académico, por eso muchos de sus miembros tenían como único norte captar el decanato o algún puesto de mando medio para asegurar su futuro y su poder político, de ahí que más que centros académicos, las nuestras se convirtieron en centros políticos. Todo el sistema de corrupción, mediocridad, componendas, se fraguaba en nuestras aulas e iban los dirigentes políticos a mejorar y perpetuar el mismo sistema en la vida pública. Esto obviamente tiene que cambiar radicalmente, pero para que funcione un nuevo modelo tiene que haber cambios o diseños de organización, hay gente que debe ser cambiada o sencillamente despedida en la parte administrativa que ha impedido y pretende impedir el desarrollo académico. No se han enterado que hay una verdadera revolución académica, en marcha desde luego.

 El arte y la ciencia de educar consisten en una larga y sabia paciencia para ir depurando nuestros conocimientos, mejorando nuestros valores humanos y perfeccionando o adquiriendo nuevas habilidades, estos procesos personales duran toda la vida, pero para una universidad es cuestión de 50 a 100 años como mínimo. Edgar Morin, en su clásico 7 saberes necesarios para la educación del futuro, señala en la parte de ceguera del conocimiento que “todas las determinaciones sociales-económicas-políticas (poder, jerarquía, división de clases, especialización y, en nuestros tiempos modernos tecno-burocratización del trabajo) y todas las determinaciones culturales convergen y se sinergizan para encarcelar al conocimiento en un multi-determinismo de imperativos, normas, prohibiciones, rigideces, bloqueos.”

 El nuestro es un país donde la educación pública gratuita en todos sus niveles viene desde los años 70 del siglo pasado y con este gobierno se llega al extremo de cortar todo cobro, contradictoriamente en la parte introductoria de la nueva fórmula de distribución de presupuesto que hemos mencionado, se señala que pese a lo gratuito de la educación, esta no mejora en relación a los parámetros de la educación de los países vecinos y mucho más de países como Chile, donde la educación universitaria tiene un altísimo costo y los profesionales y la marca país son reconocidos en el ámbito internacional. La hipótesis que hay que verificar en por lo menos diez años, es si con las maestrías y doctorados Ph así como con mejor infraestructura nuestro país logra un salto cualitativo en su Educación Superior. Es un horrendo desafío para un país que lee medio libro por año, de acuerdo a la UNESCO.

 Manta, mayo del 2013