miércoles, 4 de diciembre de 2013

Presentación del libro “Amor más allá de Madrid”

Portada del libro Amor más allá de Madrid.




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Una de las cosas más interesantes de las novelas, de los relatos cortos, de los cuentos largos, en fin, de la literatura, es que los mundos paralelos que construye un autor resignifican la vida de quien lee y, en un juego de espejos, se adentra en la psiquis del entorno y en la psiquis de los personajes.

La lectura “Amor más allá de Madrid”, de nuestro autor Ubaldo Gil, toca algunas fibras personales que se proyectan en el descubrimiento de varios entornos superpuestos. Hay que decir que el hecho de que Ubaldo provenga de mi misma tierra Manabí y abra, en su universo literario, la posibilidad de novelar las vicisitudes y los escenarios de unos lugares cercanos, se vuelve una reconstrucción estética de aquello que nos sirvió de referente inicial de la vida y sus ambientes.

Así, la escritura de Ubaldo indaga en la sensibilidad de unos personajes sueltos en el torbellino de las mentalidades urbanas y recrea pasajes de las contradicciones amatorias de un hombre y una mujer. De unos hombres y unas mujeres en espacios que no son los propios pero de los que se apropian para reconocerse por dentro, en la carne y en el espíritu.

Y aquí empieza realmente la reconstrucción estética de lo que se contrapone a la referencia vital inicial: todo en el amor y en el erotismo empieza a cambiar cuando nos vemos actuando, viviendo, sufriendo, en espacios nuevos y distantes, en recámaras de unas vecindades que cultivan el morbo a través de la mirada. Por eso, una de las virtudes de este relato largo es su acercamiento a ese terreno tan difícil de abordar por los humanos: contar, con detalle y prodigalidad, la experiencia erótica de dos personajes que anclan su paso por el mundo en el consumo de sus propios cuerpos.


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Ciertamente, Ubaldo como narrador, en primera persona, asume desde el principio su condición de extranjero en un territorio marcado en nuestro pasado americano: España. La ductilidad de pensarnos y habitarnos en el lugar que nos ha servido de contraseña cultural da al relato una característica esencial de buscar un eje que nutra las percepciones tanto del personaje cuanto de la mujer que completa el cuadro narrativo. Quizás, el modo cómo el escritor enfrenta la escritura también nos dice algo del uso de un idioma que es parte de esa contraseña cultural, y que todo producto literario explaya para corresponderse con el imaginario de los lectores.



Ubaldo Gil Flores, escritor y editor ecuatoriano.



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Pero quizás lo que más atrapa de esta lectura es el camino de reconocimientos identitarios que hacen los dos personajes ajenos a la ciudad que habitan: él ecuatoriano; ella, rusa. Dos mitades de una completud que no pertenece a ninguno y que, por eso, puede durante un tiempo, regocijarse en lo que no sabe de ninguno cada uno. Él puede esconder una parte de su vida –la que acontecía en Manta, en el fondo del mar de su cuerpo- y la que ella dejó sin siquiera pensar que dejaba (por un tiempo). Se convierten en una pareja extraña pero que llevan al máximo sus emociones y búsquedas. La descripción de como caminan, pasean, hacen el amor, organizan la cotidianeidad, es la muestra de que están en el mundo.

Nuestro autor habla entonces de aquello que brota luego de la experiencia amatoria: el renacimiento, esa especie de resurgimiento vitalista de los cuerpos que cuando han amado sienten que descubren algo… pero quieren descubrir algo más, algo que esté por encima de la piel y sus ardores, algo que no pueden decir todavía.


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Pero hay un velo que permanece a lo largo de todo el relato, es la proximidad de la separación de los amantes, el fin de la relación, es el desengaño del amor que ha sobrepasado los tiempos de los cuerpos. Sin embargo, el relato escudriña en algunos aspectos que interesan a unos estudiantes que reseñan autores y formas de negociar sus propias percepciones y algunas teorías, su manera de ver el cine, su olfato para entender la lógica ilógica de lo que desean las mujeres, su inocencia en un mundo de apuestas imposibles de ganar. Y también a la apuesta principal: vivir el erotismo. Porque el relato se pasea por varios escondrijos de la existencia pública de los amantes pero más en los claroscuros de la vida íntima de ambos. Allí está el eje superior de “Amor más allá de Madrid”, y quizás por eso también su título.


Inivtación del evento.



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Pero cuando decía yo que el impacto de verse en otra tierra que un día fue la tierra que conquista y hoy es la tierra para conquistar, es que todo se mueve en un terreno movedizo de ilusiones y alegrías efímeras. Porque una cosa es que el personaje esté viviendo su experiencia en Madrid, casi como un ejercicio vital/literario, y otra es el modo cómo este mismo personaje detecta a otros coterráneos unas formas de asimilamiento en verdad despreciables.


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Y así vamos hallando desvíos y trochas principales en una lectura que busca más y más porque el universo abierto es demasiado grande para que se acabe pronto. Mas, el relato del hombre que toca fondo en el momento más duro y endeble del amor con esta mujer que descubre su falsía circunstancial, es lo que da lugar a una historia con final.


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Y aquí viene el único reproche que tengo al relato de nuestro autor Ubaldo. El fin de “Amor más allá de Madrid” llega cuando todo empieza a brillar, cuando el oficio de escribir ha hallado el cruce mágico entre la historia y la posibilidad de seguir ensanchando el universo de la ficción, cuando los personajes ya se nos habían metido adentro y sus vidas nos pertenecían, cuando el morbo que pudo capturar por un momento el hilo narrativo ya se había convertido en erotismo puro y ganas de comprender a esos dos seres marcados por el destino, cuando queríamos que la redención de él no fuera el amor de ella pero sí, tal vez, acaso, la contingencia de que su tragedia no se convirtiera en una moraleja del amor sino en una metáfora de la contingencia, de lo magnífico que es vivir recorriendo todos los caminos de la tierra sin aspirar llegar al cielo.

(Comentario de presentación del libro “Amor más allá de Madrid” del autor Ubaldo Gil Flores. Evento desarrollado el jueves 28 de noviembre en la Embajada de Ecuador en México)

México, DF, 28 de noviembre de 2013.

Educar-se con problemas pero sin conflictos









Por Ubaldo Gil Flores*

Las profundas transformaciones que vive la educación ecuatoriana en general y la Educación Superior de modo particular, positivas en su mayoría y pensadas a corto, mediano y largo plazo, muy acorde con lo que debe ser un pensamiento estratégico universitario, para pasar de lo coyuntural e inmediatista al uso racional de la información pedagógica, didáctica y a las nuevas corrientes del pensamiento educativo, para mejorar y cambiar de vida y sociedad, para que la ciencia nos permita en palabras de Mario Bunge “evitar las vaguedades y superficialidades”, todo esto ajustado a un nuevo marco legal universitario y en consonancia con una nueva estructura administrativa y académica que permita al docente y al estudiante no intoxicarse de información si no vivir el conocimiento por el signo de un interaprendizaje constante.

No somos más que eternos aprendices, en el mejor de lo casos con algo de experiencia que sirve -y sirve solo si hay datos, estadísticas, que permita extraer leyes y principios para crear nuevas reglas y normas en el ejercicio educativo- en la medida que hay evidencias de los procesos realizados.

Es en este contexto que este libro tiene capital importancia para la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí por cuanto recoge la ilustración siempre actualizada de las distintas corrientes educativas y su propuesta para que los problemas no se conviertan en conflictos del maestro Luis Aguilera, quien se jubiló pero no por eso ha dejado de aportar y más bien con el tiempo suficiente ha podido condensar y sintetizar su vasta experiencia como pedagogo, como hombre ilustrado que saca de la teoría y la práctica sus mejores frutos.

El autor hace referencia y desmenuza conceptos como Macrocurrículo: que es vinculación de los planes de desarrollo: nacional, regional, local e institucional, Mesocurrículo: que está conformado por el plan de estudios, malla curricular y estructura legal y administrativa; y Microcurrículo: que corresponde a las diferentes prácticas docentes que tiene como instrumento de trabajo el sílabo y su operatividad en el aula.

Todo esto será posible si quienes lideran a las instituciones universitarias comprenden que “El Capital Intelectual son aquellos elementos intangibles, todo aquello que no se pueda tocar pero que puede hacer ganar dinero a la institución u organización. Agregamos, no solo se puede ganar dinero, sino también mejorar el desarrollo humano; no solo para ser competitivos, sino también para ser competentes.” Será tema de debate por años el cómo las universidades públicas deben contribuir a la apuesta de la política de estado que se afana en desarrollar la matriz productiva, y que podamos con Arte, Educación y Cultura, exportar bienes y servicios educativos para contribuir con el Producto Interno Bruto y no depender siempre de las arcas del estado.

Dentro del pensamiento articulado al interior de nuestra universidad, en un catálogo de libros que ha cubierto todas las áreas del conocimiento, uno de los primeros referentes es Medardo Mora Solórzano con sus distintos textos de filosofía, cultura manabita como modo de impedir el avasalle de la globalización, política, educación y la realidad nacional en el contexto mundial, calificado por Fernando Tinajero como filósofo estoico, acaso con la mayor condición humana y estructura de pensamiento al forjar una universidad desde el desierto simbólico para sentar las bases y fundamentos de una institución destinada a ser carne viva de Manta. En esa línea de aporte, está también Guido Vásconez, quien con su libro Enfoques pedagógicos desde la ULEAM, describió oportunamente la realidad educativa de la institución y hacía su propuesta aunque no fue escuchado a tiempo. Y ahora es Leonardo Moreira quien como Vicerrector Académico está dotando a la institución de profundas transformaciones a nivel académico, aunque como todo proceso auténticamente educativo los movimientos son lentos para evitar que el problema endémico de la educación y su fracaso en Ecuador lo convirtamos en conflictos, cuando se trata de una oportunidad de dar saltos cualitativos y asumir nuevos retos y desafíos inmediatos.

Con este libro de uno de mis más recordados maestros de la Facultad de Ciencias de la Educación, damos un paso cualitativo en el quehacer y ser universitarios, pero el mismo libro está incompleto hasta que los universitarios sepamos dotarlo de nuevos contenidos con la práctica de nuestras profesiones y con nuestro pensamiento universitario.  
(Texto de presentación del libro La educación basada en problemas de Luis Aguilera)
 Manta, 26 de noviembre del 2 013

*Director General Editorial Mar Abierto